LA PAZ, EL DESARROLLO SOCIAL Y LA PROTECCIÓN DE DERECHOS, UN TRABAJO MUY LENTO DE ASUMIR EN LA CONCIENCIA SOCIAL DE LA COLOMBIA DE HOY.

Cuando se piensa en la necesidad de tener un país distinto como el nuestro, es necesario considerar las formas del como se deben construir las dinámicas que se necesitan dentro de cada estructura social, examinando las visiones que se disponen como caminos hacia el desarrollo y que son dadas en el marco de una política de Estado; pero a la vez, de los deseos que los conciudadanos asumen como criterios para el desarrollo integral de sus entornos. Si bien, aunque sea corto el planteamiento, Colombia se mueve dentro de tres aspectos importantes:

(1) La construcción de una Paz que marque el fin de un conflicto armado que está desde hace más de 50 años, pero que continúa su mutación diligentemente. 
(2) La necesidad de seguir avanzando en un desarrollo progresivo de carácter económico he industrial que plantee y garantice acciones de justicia social desde un marco de equidad empezando por los más pobres. 
(3) El respeto a los DDHH el cual, promueva y custodie los derechos fundamentales y el desarrollo integral de todos los ciudadanos, tendiendo como punto de partida, lo regional.

Este tiple criterio: el propósito de la Paz como fin del conflicto, el Desarrollo Socio-Integral (económico y de equidad) del país y la protección de los Derechos hacia los mas vulnerables, están sobre entendidos el PND que busca alcanzar la inclusión social y productiva, a través del Emprendimiento y la Legalidad. Legalidad como semilla, el emprendimiento como tronco de crecimiento y la equidad como fruto, para construir el futuro de Colombia[1], pero ¿Cómo puede esto entrar en el rompecabezas de los ciudadanos como parte de una construcción colaborativa con el Estado, cuando se detecta que: (a) la mutación del conflicto armado, (b) lo hechos de injusticia social y (c) las distintas violaciones de los derechos fundamentales especialmente a los mas vulnerables de la sociedad colombiana no tienen las reivindicaciones concretas que generen soluciones verdaderamente estructurales? 

Dar respuesta a esta cuestión, implica moverse desde dos modos estructurales que deben aprender y asumirse desde la manera colectiva en coordinación con las instituciones del Estado: 

I.        La urgencia de negar cualquier indicio que desarrolle la presencia de violencia desde los territorios y las comunidades vulnerables, aprendiendo a superar las fracturas dadas en el pasado y transformar las forma de construir país desde el ámbito de lo político y de lo económico, lo cual no promueva un prevalecer el conflicto social de manera mutante en las regiones de Colombia. 

Desde los acuerdos y su implementación existe un Discurso tergiversado que se coloca como obstáculo hacia la construcción de instrumentos que ayuden buscar una Paz estable y duradera desde los territorios.El discurso sobre la Paz de manera politizada, porque se adjudica como un argumento oportunista de interés y de mayor impacto para quienes manejan los hilos del Poder del Estado. A esto es necesario discernir sobre la Incoherencia política del Estado en la que se esta acostumbrado y en la que se termina instrumentalizado para beneficio de la guerra, tales  políticas de Estado no están cumpliendo ni garantizando con las necesidades de las regiones, ejemplo de estos, tenemos aquellas regiones donde no hay presencia integral del Estado,  las economías muy baja de muchas regiones del país ya sea por su poca capacidad de producción o por la hegemonía del poder capital asumidos por unos pocos desinteresados por el desarrollo para otros muchos, y a la vez, un salario mínimo que no llegará para el 2018 mas del 4.5%.
Todo lo anterior como problema y frente a la mirada opaca y desconfiada causada por una paralización política que no tiene visión he interés por querer trasforma dichas políticas para que sean coherentes con el propósito de llegar a los mas pobres, capitalizando un centralismo que se olvida de las regiones en sus mas diversas necesidades. Esto es detonante para mantener y con vitalidad la desigualdad social, la poca productividad, la poca inversión, pero también la manera cómoda de manejar el tema de los pobres como un programa de asistenciales o Estatal el cual lleva a muchas familias a ser dependientes de sus políticas a veces injustas he inequitativas.

II.        La urgencia de conectar el desarrollo integral de la macroeconomía del país con una practica de justicia social regional que este de la mano con la equidad que garantice tener acceso a bienes y servició económicos y de calidad. 

Por ende, el silencio de las armas y la trasformación del conflicto colombiano debe traer consigo desarrollo social y regional, el cual, contribuya al mejoramiento de la calidad de vida, y el acceso a fuentes que permitan una armonización de la vida y del crecimiento colectivo; un buen servicio de salud, de educación, de seguridad alimentaria, de un sistema laboral digno y bien remunerado, y derecho a la igualdad y equidad en el sistema pensional, entre otros elementos comunes. A pesar de esto, se afirma que los índices de producción van en aumento contrario a esto las tasas de desempleo y la informalidad laboral también muestran una tendencia creciente, teniendo en cuenta que los sectores productivos de mayor crecimiento son aquellos intensivos en capital y no tan intensivos en recurso humano (Medina, 2013, pág. 10).  

Ahora bien, frente al desarrollo económico del país y su extraordinaria riqueza a nivel regional y global, internamente las políticas económicas no se ajustan al desarrollo de la sociedad y de los territorios, generando así el problema de la desigualdad social y de la ampliación de brecha entre pobres y ricos y que está asociada a la excesiva concentración del capital, a las ineficientes políticas redistributivas del ingreso, a la fallida política económica implementada por los gobiernos empapados de corrupción, lo cual afecta de gran manera a la generación de empleo y la efectiva inversión económica hacia los sectores, al igual que el apoyo a las clases menos favorecidas en materia de educación, condiciones básicas y beneficios sociales.

Para concluir  desde otra realidad, es necesario manifestar que un país que no aprende a reconciliarse, es indolente consigo misma y prefiere un discurso guerrista. Como si fuera poco Colombia es un país que no toma conciencia de la necesidad de encaminarse hacia acciones concretas que promueva el Perdón y la Reconciliación, como filtro de una nueva visión de relaciones individuales y colectivas. Lo anterior permite resaltar que aun se desea la acción de la guerra y/o de la violencia como mecanismo de salida para acabar con el contradictor.Esto se evidencia en el poco asombro alarmante y la costumbre colectiva frente a la sistemática Violación de los DDHH y el desconocimiento de los asesinatos de lideres sociales y defensores de DDHH que promueven la búsqueda de un país mas justo y equitativo para todos. Si bien, la defensa de los DDHH y de los territorios se ha convertido en un peligro, el cual, sistemáticamente genera una acción de rechazo social, pero que políticamente no existe la forma de proteger a quienes asumen dicha tarea, esto pone en peligro los derechos de los territorios y la búsqueda de su atención por parte de los entes del Estado mismo. 


Bibliografía

Medina, A. D. (2013). COLOMBIA: ESCENARIO DE LAS DESIGUALDADES. Revista de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas., Vol. XIV.( No. 1. ), 9-35.




[1]Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2018 – 2022. https://www.dnp.gov.co/DNPN/Paginas/Plan-Nacional-de-Desarrollo.aspx

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