HACIA UNA CONVERSIÓN QUE PERMITA TRASFORMAR Y GENERAR NOVEDAD.
La cuaresma no puede ser algo mas de lo mismo, cada año es un llamado novedoso que invita a todo creyente hacia un
camino de verdadera conversión, esta no se centra solo en pecados morales de índole
sexual (genital), sino de los pecados que destruyen fuertemente el sentido y la trascendencia de lo humano y que tiene en vilo
a la historia; un fuerte pecado que sigue generando entre nosotros el sin sentido de la existencia, la falta a la compasión
y de misericordia por los que sufren y se sienten marginados ante el pecado
social, el gran desinterés ante los sufrimientos humanos marcados por la injusticias
sociales y la abertura más amplia de los que tienen y pierden su vida y de los mueren por no tener para subsistir, aquellos que tienen en peligro su vida, en el antes de nacer, en durante de vivir y en la recta final de su caminar hacia el buen morir, y sobre todo, un pecado que se confina en la hipocresía
religiosa que aleja del verdadero Amor de Dios y del servir a los demás, el cual, debería ser un acto que repercuta de manera inmediata en el proceder Moral y Ético de todo cristiano para transformar.
Tres caminos edificantes para vivir con
sinceridad este tiempo desde la sencillez de nuestra existencia y desde las realidades que vivimos en el mundo y la historia.
1.
TRABAJAR POR TENER UNA MIRADA DESDE NUESTRA
SENCILLA Y FRÁGIL HUMANIDAD, DADA DESDE UNA DOBLE VÍA: EL MUNDO INTERIOR Y LAS
REALIDADES EXTERIORES. EL
saber cómo estamos, como nos sentimos, con que contamos y como respondemos permitirá
un darnos cuenta con urgencia sobre nuestra humanidad, esa que muchas veces
abandonamos ante las preocupaciones mundanas y en donde nos volvemos sordos,
ciegos y mudos ante un Dios Padre habla permanentemente; a la vez, una reflexión
de los acontecimientos del mundo y de la historia del presente, permite el darnos
cuenta sobre como humanamente asumimos y sobre el que tanto hacemos para su trasformación
desde nuestras pequeñas acciones que ejercemos sobre los demás.
2.
URGENCIA DE VOLVER Y ASUMIR LA FUENTE (LA PALABRA DE DIOS) QUE
PERMITA UN RE-EDUCARNOS EN LA FE Y UN FORJAR CRITERIOS Y ARGUMENTOS
EVANGÉLICOS PARA LA ACCIÓN. La palabra
de Dios como fuente, debe ser la lámpara que guíe los pasos del caminar humano
(Salmo 118, 105-106), Es necesario considerar sobre él porque creemos y
seguimos una espiritualidad evangélica que nos permita ser testigos del amor de Dios en el mundo y la historia,
es necesario saber dar razón de nuestra Fe cristiana (1 PEDRO 3,15); esta fuente inagotable
que siempre es novedad y que debemos conocer como discípulos es EL EVANGELIO,
(Mt 5), desde allí se puede tener todas las respuestas y las formas del como edificar
el reina de Dios en las exigencias del mundo de hoy.
3.
DINAMIZAR LA PRAXIS CRISTIANA DESDE LO HUMANO
CON CRITERIOS EVANGÉLICOS PARA DAR RESPUESTAS ANTE LAS CRISIS. La vida cristiana no
puede resumirse en rezar y generar asistencialismo, esta tiene que llevarnos a trascender
hacia el encuentro con lo Divino en la tierra desde la apertura hacia lo humano
(Mt 25, 35-45); no solo desde el culto y la liturgia cristiana se alaba a Dios
(Mt 15, 8 ss; 2:27-28; Mt 12:1-8; Mc 2:23-28; Lc 6:1-5), sino también, desde
la apertura hacia el otro que es quien está a mi alrededor y padece por las
fuerzas del mal provocadas por nuestra individualidad y apegos mundanos (Isaías 58, 1-9); el otro, es el complemento de mi existencia, y desde la práctica del amor cristiano
que se evidencia en la: SOLIDARIDAD, CARIDAD Y FRATERNIDAD, ya que, esta Ley Divina que
el Amor El amor es comprensivo, es servicial, no tiene envidia, no busca el mal. Apertura para hacer grandes acciones que trasformen de raíz
las urgencias que el mundo de hoy necesita trasformar.
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