Los seres humanos del siglo XX y comienzos del XXI han desestimado la necesidad del escuchar en su interior la voz de Dios Padre que clama en una Llamada al Amor que rescata, transforma y dignifica, como camino de fe y Esperanza para algo distinto.
Ciertamente hoy se dice existir una sed de espiritualidad, lo cual, es interesante y que se puede interpretar como una búsqueda asidua y necesaria de la salvación dada en Jesús de Nazaret (Mc 6,53-56), pero esto tiene un eslabón que hace que no concuerde ni se una con el proyecto del Evangelio de Jesús: “el individualismo religioso sectario y un comportamiento social que se hace proselitistamente violento y marginal”; por ende, se quiere pretender hacer la búsqueda de Jesús de Nazaret por una necesidad basada en la egolatría religiosa y no por el asumir de manera progresiva la responsabilidad de Fe que busca edificar el reinado de Dios en el corazón humano sin discriminación ni rivalidades sectarias.
Ante esto, se debe concienciar que el Evangelio cristiano propone he invita a construir un estilo de vida que fermenta y modifica la existencia humana y social entendida desde el Amor incondicional de un Dios Padre que en Jesús enseña (Mt 5,1-16)y sana (Mc 2,13; 4,1-2; 6,34) todo para salvar, dignificar y trasforma la historia del Ser Humano.
Por lo tanto,Buscar, Seguir, Permanecer, Conocer y Salir, son los verbos que deben siempre girar en un proceso de crecimiento Evangélico y que han de vivirse dentro de una comunidad de hermanos en la Fe donde no se segregue ni se rechace, pero si, trabaje por permear las estructuras humanas y sociales donde también se esta llamado a vivir siempre en el respeto, la inclusión, la equidad, el perdón, la caridad, la verdad y la justicia.
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