HAY COSAS EN COLOMBIA QUE DEBEN TOMARSE MUY EN SERIO…

Somos un país de alegrías, de tradiciones y culturas, de muchas satisfacciones que nos hacen sentir orgullosos del terruño patrio, y que cada vez, que la bandera ondea por otros territorios internacionales, el sentimiento se hace efervescente y nos hacen comprender la grandeza y hermosura de país del que somos parte. Pero eso no puede desligarnos de nuestro compromiso moral y ético con la necesidad de construir y trasformar la tierra en la que nos acogió y le debemos mucho;  por eso, la necesidad de conocer la historia para construir desde el presente un mejor país será una responsabilidad que la vida nos cobrar en el umbral de nuestro paso existencial. 
Por estos días en algunas regiones del país hay fiestas que marcadas por su importancia y tradición mueven el interés nacional, pero ante este derroche de jolgorio y alegría, existe una realidad muy cruda que muestra en absoluto la verdadera circunstancias de un país que no ha querido desembarcarse del conflicto armado y que ha dejado a muchas familias destruidas, mujeres y niños violentados, hombres asesinados, territorios estancados en el tiempo, y la zozobra psicológica de que alguien puede destruirnos y aniquilarnos de nuestro espacio, el cual queremos vivir en plenitud y libertad. Si bien, esto sigue siendo el mismo circulo vicioso de la violencia para mantener un problema de conflicto que tiene su esencia en lo político, lo económico, lo jurídico, los cuales, en el fondo, suscitan la lucha por sostenerse en una fórmula de egolatría de poder,  blindando los intereses de los grandes ricos del país y destruyendo las esperanzas de una sociedad cansada de la injusticia social y de un gobierno que no hace nada para acabar con la violencia generalizada y transformar las realidades. Aunque se ha venido trabajando arduamente sobre los acuerdos de paz pactados con el grupo de la Farc[1](hoy partido político) orientados y analizados desde una dinámica de verificación [2]que dan cuenta de su cumplimiento, el conflicto armado en Colombia no ha terminado en su totalidad, sigue siendo vigente y sigue mutando a gran escala. La persecución se hace evidente debido  existe la presencia de grupos disidentes que asumen la ideología guerrerista de las Farc no acogiéndose a los acuerdos pactados, por otra parte, las bandas criminales que operar en zonas rurales y urbanas[3]que se surten del poderío económico del narcotráfico, la infortunada agenda política con el ELN que los ha llevado a ser una guerrilla beligerante enfrentada con el Estado  y que aterroriza a la sociedad colombiana con paros armados y enfrentamientos  con las bandas delincuenciales en lucha por el territorio para la producción y comercialización de cultivos ilícitos; todo esto desde grupos al margen de la ley, demuestran el panorama aun oscuro de una paz que quiere desarrollarse y fortalecerse desde las cada una de las regiones y en las que muchas organizaciones cooperantes en la construcción de paz con el Estado, no quieren dejar morir con el tiempo desde los territoritos.

 

Por otra parte, está la realidad de un Estado que revela equivocadas apuestas políticas y económicas que no surten las necesidades del pueblo colombiano, como por ejemplo: su resistencia para asumir los acuerdos y la percepción de su poco avance[4], la politización de los acuerdos en materia de justicia transicional[5], el asumir un dialogo con el ELN[6], los asesinatos de los lideres sociales[7], la descarada corrupción y la despreocupación por la solución a los problemas sociales, como la salud, educación, empleos y salarios dignos, reformas políticas que tocan y ponen en riesgo la estabilidad económica y social de los colombianos y demás bienes y servicios para la población; todo esto, siguen siendo razones suficientes para que el conflicto colombiano siga siendo tema del cotidiano vivir y del cual, ningún colombiano puede desligarse en su agenda de preocupaciones. Cada uno de estos factores siguen lastrando la paz en Colombia[8]desde que empezó en los años 40 como resultado de una mezcla del espíritu bipartidista auspiciado en su momento por corrientes religiosas que buscaron centraren la conciencia de la historia colombiana razones para sustentar la necesidad de generar y mantener ldinámica de una guerra como oposición violenta contra el Estado al que le llamaron oligárquico, como lo sigue sucediendo hoy, y que muestran la falta de voluntad de gobiernos de turno que no han intervenido de manera directa y efectiva ante los diferentes problemas que en materia de política económica (desarrollo económico, distribución de la riqueza y política agraria) permitieran superar las desigualdades existentes y mercantes de la sociedad, generando  una justicia social con igualdad de condiciones.


Por ende, hay cosas en Colombia que deben tomarse muy en serio, no solos sus fiestas, sus tradiciones, y los intereses personales de cada ciudadano; es necesario asumir con inmensa preocupación y dedicación una agenda que nos permita desde las pequeñas cosas, trabajar por el país que queremos construir, no solo desde una índole nacional, sino, desde la capacidad de cada una de los compromisos concretos que en su diario vivir se este llamado a realizar con una responsabilidad ética y moral. 

Se puede pensar que existe un eslabón que permita cortar con la cadena de odios, de venganzas, de egolatrías y del desinterés social y ciudadano individualista que colectivamente denotan un "no importar asumir los problemas como nación", ese eslabón que permitir desvincular de la memoria histórica las razones del porque nos matamos entre compatriotas y del porque no trabajar con espíritu cristiano y progresista por la transformación de los territorios y del desarrollo mancomunado del país, es necesario no tomar distancia del interés productivo – económico del país para hacerlo competitivo, pero dando ejemplo de garantías de derechos como por ejemplo los de los bienes y servicios de cada ciudadano[9]y de cada familia[10]colombiana, eso llevara a una equidad y una justicia social bien definida. 


[2]Horacio Duque. La implementación y verificación de los Acuerdos de paz (I). 15/03/2017 https://www.alainet.org/es/articulo/184128
[3]https://www.eltiempo.com/justicia/conflicto-y-narcotrafico/las-bandas-criminales-que-hacen-presencia-en-las-regiones-del-pais-327840
[4]uan David López Morales. 2019. https://librepensador.uexternado.edu.co/las-barreras-del-gobierno-duque-para-implementar-el-acuerdo-de-paz-con-las-farc-ep/
[5]https://www.elnuevosiglo.com.co/articulos/02-2020-apoyo-global-justicia-transicional-pidio-de-roux
[6]https://90minutos.co/eln-acusa-gobierno-rechazar-paz-24-09-2018/
[7]https://www.semana.com/nacion/articulo/asesinato-de-lideres-sociales-uno-por-dia-en-2020/648542

[8]Jeronimo ríos. Los factores que lastran la paz en Colombia.. https://elpais.com/economia/2019/08/23/alternativas/1566514129_574621.html

[9]Art. 78 y 365 de la Constitución Política de Colombia

[10]http://www.constitucioncolombia.com/titulo-2/capitulo-2

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