UNA MENTALIDAD INDIVIDUALISTA PRODUCE DAÑOS COLECTIVOS...


Toda ideología asumida como una mentalidad individual y marcante en el ritmo de la vida colectiva, ha desconfigurado el sentido humano en su ser de trascendencia y de capacidad del Quehacer como fundamento de la sociabilidad que en términos cristianos, no es otra cosa, que la praxis del Amor de Dios que se evidencia en acciones que dan pie a la fraternidad, la caridad y/o la solidaridad, caminos para edificar el supremo Bien.

Desde los años 30 cuando en la Colombia de los mediados del siglo XX se empieza a despuntar el deseo por un progreso marcado en el capital económico que solo seria posible afianzarlo en el modelo de producción, será necesario empezar a edificar una conciencia que responda a las exigencias técnicas, mecánicas, científicas tecnológicas y demás necesidades que pudieran abrir el desarrollo regional y nacional. Esto con el pasar del tiempo propicio nuevas maneras de entender y de interpretar dicho desarrollo que mas que cimentarse en una recta distribución de beneficio para todos, se fue marcando en el recorrido histórico, en disputas individualistas y sectarias que llevaron al levantamiento de conflictos generando olas de violencias que en mas de 60 años después, se sigue lamentando en el territorio nacional. 
Se debe entender que no se sataniza el desarrollo y la apertura a la renovación industrial y económico a nuestras regiones, esto es necesario y fundamental para la estabilidad de un país, no se niega la importancia de la entrada al raitinght de países que ven en la línea de la globalización la oportunidad del progresar mucho mas y estar en un nivel competitivo en desarrollo, alcance de calidad y estabilidad social basadas en políticas económicas que permitan cierta equidad y sostenibilidad; sabes que esto al final de cuentas, no ha sido así. Con el pasar de los años esto se convirtió en la ideología imperante de occidente, que empezó a impulsar el colonialismo sobre fuentes autenticas de pensamientos y que exigieron el hecho de desvestirse de ellas para poder entrar a identificarse con ella como una novedad extranjera. De aquí que tanto ideologías como el capitalismo y la que se opondrá a ella, el socialismo, mas que cooperar con el desarrollo de nuestras regiones, lo que han llevado es la destrucción de un gran capital: EL HUMANO

Si bien, este es el gran desvió que tiene el progreso del capitalismo, a creado un sistema de individualización colectiva, lo cual, pone en riesgo los criterios de sostenibilidad social basados en el interés de cooperar humanistamente para salvaguardar y mantener en estabilidad el orden existencial del que carece de los beneficios para subsistir. Dentro de las tantas definiciones que se le puede dar a la ideología del capitalismo, esta la utilizada por Gustavo Patiño (2000)[1]quien sustentándose en Briefs quien afirma “que la esencia del capitalismo está en que el capitalismo organiza procesos económico de la sociedad sobre una base individualista y en un régimen de mercado de trabajo y lo gobierna en función de la creación de la incremento como motivo central” (págs. 52-53); esto nos conciencia que el propósito fundamental de esta ideología marcante en países como el nuestro, es la de generar sistemas de producción que permitan la venta y comercialización de los productos considerados como bienes y servicios para nuestra realización; para esto, se debe suscitar en la sociedad el interés de consumir, es decir, de que dicho producto sea fundamental y necesario en su proyecto de vida. Todo esto permite con el tiempo, la edificación de un individualismo que sustituye cualquier tipo de opción hacia lo cooperativo y que pone en vaivén la estabilidad de lo comunitario, porque cuando se busca individualmente el goce de ciertos beneficios suscitados de la respuesta productiva y/o interés económico y de demanda, entonces la necesidad de luchar por lo que es mío genera conflictos y luchas, Colombia es un claro ejemplo de eso, el modelo capital asumido por las reformas liberales desde los años 40 empezó a generar problemas de distribución inequitativa de la riqueza, lo cual avaladas por una trágica lucha de poder degradante de la política de Estado genero pobreza, miseria, desigualdad, desde aquí el resentimiento social que buscaba reivindicaciones justas para poder subsistir y que auspiciada por las armas, colocando así en riesgo al estabilidad del país. 

Por consiguiente, toda ideología, asumida como una mentalidad individual y marcante en el ritmo de la vida colectiva, ha desconfigurado el sentido humano de la sociabilidad que en términos cristianos no es otra cosa que la praxis del Amor de Dios que se evidencia en acciones que den pie a la fraternidad, la caridad y/o la solidaridad; todo el mundo en su mayoría, piensa en el beneficio personal y contradiciendo su responsabilidad por el otro, busca signos que evidencien la justa necesidad que exige de asumir la tarea de ayudar a los mas pobres y miserables que ha dado el pecado social en nuestra sociedad (Mc 8,11-13).

El individualismo generalizado y mutante, marcante, he imperante, para sostenerse en el tiempo con la formula: producir – consumir para generar capital económico, ha llevado a que la forma de educar y capacitar a las nuevas generaciones este centrado para eso, es decir, que en su proyecto de vida exista la necesidad del hacer fructuosamente para alcanzar producción capital y así darle impulso económico al país, esto seria normal y necesario si no estuviera desenmarcandose siempre de lo humano, por ende, termina siempre pensándose en la capacidad individualista del producir, ese es el que tiene mayor reconocimiento y rango en la sociedad. Esto lastimosamente se evidencia en la búsqueda del fortalecimiento de la Fe cristiana, el individualismo  ha convertido esta búsqueda en un mecanismo de instrumentalización para alcanzar los beneficios necesitados, olvidando las necesidades apremiantes de los mas pobres; para el cristiano la individualización de su Fe lo ha llevado a pensar siempre en su yo necesitado, desconociendo al (los) otro(s) como espacio de transformación y cooperación para la búsqueda del bien humano en su desarrollo integral y colectivo. 

Por ende, ese necesita trabajar por una re-educación que permita el trasformar y generar una novedad en la mentalidad individualista que ha traído las ideología en nuestras regiones pobres, y así, encontrar desde las palabras del Evangelio de Jesús el efecto de las pequeñas cosas que suscita las acciones transformantes que no se dan en la exclusividad sino en el encuentro con los otros (Mt 13, 31-33); es fundamental el ser consecuente con las necesidades del mundo y de la historia empezando por los que están al lado nuestro, abrir los ojos, abrir los oídos y estar dispuestos a escuchar la voz de Dios que esta en el grito de los desprotegidos y marginados por la realidad esclavista de esta sociedad que camina en sombra de la muerte, es necesario sacudirse del pecado social en el que el silencio del cristianismo a dejado permear con aceptar políticas neoliberales de gobiernos populistas que buscan la individualización del yo, tratando de borra la importancia del tu y del nosotros. 
La señal esta, en el acto de las pequeñas cosas que trasforman las grandes realidades, no son señales de extraordinarias fuerzas estilo peliculero  sino la del hombre mismo, que apelando a la Fe y a su convicción de responsabilidad con el Evangelio de Jesús, puede ser instrumento de novedad, generando desde su ser y su quehacer la praxis de un amor que lleva a renovar sus relaciones con los demás y con los que le rodea, pero buscando siempre la edificación de lo colectivo lo cual, promueva una vida digna y de desarrollo integral. 


[1]Libro: Economía Política y Justicia Social. Editorial L. Vieco S.A.S. Bogotá. 2000

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