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MENSAJE EN LA FIESTA DE SAN FRANCISCO DE ASÍS, TRABAJEMOS POR LA CONSTRUCCIÓN DE LA PAZ.

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Del próximo Plan de Desarrollo Nacional, más que una propuesta del nuevo gobierno, es una responsabilidad liderada por los ciudadanos en el territorio.

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El Plan de Desarrollo Nacional de este gobierno será construido por todos nosotros los colombianos, cuestión que puede tener algo de novedad, pero que sigue el mismo ritmo que otros gobiernos han asumido colocando su propio sello cumpliendo así la Constitución del 91 en ese juego de roles entre la relación Estado y Ciudadanía. Ahora bien, de entrada esto no puede abarcar la actitud excluyente de una sociedad que cree que los destinos de los territorios están en manos de quienes les llaman ‘doctores’ o ‘toman wiski y se sienten incomodos cuando alguien no tan elegante los saluda tan efusivamente’; de hecho, el destino, el desarrollo y el crecimiento de nuestros territorios, de nuestras comunidades, están en las manos de cada uno de los que hemos asumido el rol de ser ciudadanos insertados en la realidad mismo de los territorios, característica que nos hace responsables de la edificación del crecimiento colectivo. Dos importantes categorías reflexivas están en juego en esta dinámica manc

EN EL MARCO DE LA CELEBRACIÓN MUNDIAL POR LA PAZ, UN LLAMADO A LA SOCIEDAD CIVIL ANTE LA REALIDAD QUE VIVE EL MUNICIPIO DE SINCELEJO Y EL DEPARTAMENTO DE SUCRE.

Como miembros de la Sociedad Civil y de la Iglesia Católica, siendo congruente con la tarea del construir la paz en el territorio del departamento de Sucre, a la luz de la promoción y la defensa de los DDHH, la equidad de género, la búsqueda de la justicia social, el promover el perdón y la reconciliación como camino de trasformación, y la tarea pedagógica del empoderamiento político desde una concienciación ciudadana dentro del territorio, manifestamos nuestra inmensa preocupación frente a las actuales circunstancias que vive el municipio de Sincelejo, lugar donde se han venido intensificando una degradación política y social, haciendo de este territorio un lugar marcado por la desconfianza he inoperancia institucional, la pobreza, el irrespeto al derecho privado, la desconfianza como ciudadanía, y la marcada  cultura de la muerte y la no defensa de la vida humana, a la que, nos hemos acostumbrado socialmente a vivir; una contradicción para la construcción de la Paz.    Lo anterior es

LOS DIÁLOGOS REGIONALES VINCULANTES DESDE EL TERRITORIO. ¿SE ESTARÁ PREPARADO PARA UN DIALOGAR PARA UN SABER CONSTRUIR?

Hemos venido manifestando que toda construcción y transformación de las estructuras sociales donde se resalta el principio de la dignidad humana y el desarrollo integral desde los territorios, no puede edificarse desde los intereses de unos pocos, sino desde los territorios con su propia identidad y cultura, permitiendo el desarrollo mancomunado de liderazgos y de propósitos comunes. Sobre esta dinámica es necesario el saber escuchar y comprender, para hacer posible el saber reconstruir promoviendo en primera línea la dignidad de toda persona humana y la de su entorno. Esto permite colocar el tema y dentro del marco de la coyuntura política: ‘los Diálogos Regionales Vinculantes’. Desvestidos de cualquier relación con el boom político mediático que se al nuevo gobierno con miras a la construcción del plan de desarrollo nacional, -y que no es nada novedoso en comparación con otros ejercicios realizados en otros gobiernos-, es necesario llamar la atención y analizar desde el contexto de l

CONSTRUIR LA PAZ EN COLOMBIA, ES UN ESFUERZO, PERO DESDE LOS TERRITORIOS Y NO DESDE LOS ESCRITORIOS IDEOLÓGICOS DE LA CAPITAL.

En el construir la paz -ahora con el apellido de: ‘total’- es fundamental asumir conceptos trascendentales en este caso el de: respeto de la dignidad de toda persona humana, en su esencia de Ser y en todo aquello que lo ampara jurídicamente que convalidan su existencia y su desarrollo con los otros, incluyendo en ello su qué Hacer responsable; sin embargo, reconstruir ‘el tejido social’ como meta del construir la paz debe seguir siendo legitimando desde el argumento y la practica en lo humanístico, a través de procesos pedagógicos, culturales, sicosociales y de claras políticas de Estado con el fin de seguir concienciando a todos los ciudadanos el reaprender a promover el valor de la dignidad humana y la defensa de la misma, cuyo propósito sea siempre el de ver al otro como un Ser digno de valoración y de respeto, así lo consagra la Constitución de 1991. Esto que es tan obvio, pero en un país que culturalmente es violento y que ha sido incapaz de salir de dicho espiral, trucado en un e

TODO CAMBIO ESTRUCTURAL EN LA SOCIEDAD COLOMBIANA EXIGE DE MIRADAS JUSTAS, EMPEZANDO POR EL PRINCIPIO DE LA DIGNIDAD HUMANA.

Esperanzados en la implementación de los acuerdos de la Habana (Nov 2016) como instrumento que evidenciaba el fin de una parte del conflicto armado colombiano, la misma llegada de la pandemia del Covid-19 (2020) y más adelante el desarrollo violento del último estallido social desarrollado por gran parte de la sociedad colombiana (abril a julio del 2021) donde revelo sin tapujos las grandes desigualdades, las injusticias, la desintegración social y la poca capacidad política del Estado para comprender y encontrar caminos de solución y transformación de una sociedad golpeada por las consecuencias del conflicto armado y de las afectaciones de la pandemia, se concibe a una sociedad que viene buscando replantear la necesidad de cambios profundos, hasta tal punto que, se materializó en unas elecciones de congreso y de presidencia que dieron una perspectiva y un enfoque distinto hacia la política de Estado a diferencia de la que se venía dando por más de veinte años, la finalidad está en log

¿Por qué ver a la Iglesia Católica Colombia en la construcción de la Paz?

Para muchos cristianos católicos a veces se le es difícil comprender el papel de la Iglesia Católica en construcción social, donde la esfera de lo político, económico y social son temas que se consideran fuera del Evangelio cristiano. Cuan lejos se está al asumir ese criterio. Por eso, hoy un cristiano católico en Colombia debe aprender a mirar con detenimiento la forma renovadora y de credibilidad que ha tenido la Iglesia en su pensamiento y su discurso desde finales desde la década de los 90 hasta nuestros días, esto bajo ese impulso re-interpretativo y contextualizado de un pensamiento eclesiológico dado desde el Vaticano II, desde la Eclesiología Latinoamericano y desde las reflexiones teológicas que con una visión más humanista y social, la Doctrina Social de la Iglesia, permitieron el buscar una liberación mental y desarrollar una epistemología integral que desde la interpretación de la fe cristiana se llegara a una ortopraxis que escalara las dimensione en las realidades Sociale

Del nuevo presidente, solo quedan tres cosas por seguir haciendo: redoblar la responsabilidad colectiva, imperar la esperanza por el verdadero cambio, y confiar que el Amor político que se propone no traicione a la democracia.

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  Soy de los que he aprendido a trascender el significado del Amor, ya no solo lo entiendo desde una búsqueda de interés personal, sino, que busco trabajar y aportar hacia un bien colectivo, no es fácil, pero mi amor por la patria no es efervescencia, es una necesaria y aterrizada realidad humana. Por eso, me preocupa tanto su presente como su mañana, y como los miles de los colombianos que buscamos el cambio integral de las estructuras políticas y sociales del país, debemos seguir aprendiendo e este momento más del significado amor, hasta que se haga práctica, estado de vida con el fin de redoblar responsabilidad colectiva, imperar la Esperanza y confiar que no nos traicionaran desde el poder del Estado, que solo está llamado para defender y potencializar nuestro amor colectivo y no lo contrario. El papa Francisco en la Fratelli Tutti (2020) , nos expresa que: « el amor, lleno de pequeños gestos de cuidado mutuo, es también civil y político, y se manifiesta en todas las acciones qu

PENSANDO EN MARICADAS, (sobre como destruir la hipocresía, el fanatismo y la mentira embazada en una falsa bondad).

En estos días, frente al contexto político que vive nuestro país, me he dado cuenta de dos cosas muy importantes que destacan mi filósofa de vida: 1. La vivencia auténtica del Evangelio de Jesús como un imperativo que permite hacer de nuestra vida un estado de argumentos cimentados en la Moral y la Ética para construir en la libertad y la diversidad una comunidad. 2. La importancia y la necesidad del tener una voz profética que permita desde la Verdad ser garante en la construcción de la paz y la reconciliación, lejos de los sectarismos manipuladores que violentamente dañan la unidad y la concordia entre ciudadanos y hermanos. Por consiguiente, en mi posición persona no puedo comulgar con tres cosas: (i) la hipocresía evangélica y ciudadana, (ii) el fanatismo partidario de una ideología y maquinaria política que en la praxis hace daño, porque no está en favor de los pobres, porque sencillamente no la conoce; y, (iii) el de tener un real desinterés en la conciencia y en el corazón de lo

PENSANDO PARA ARGUMENTAR MI VOTO (EN BLANCO) EN LOS PROXIMOS COMICIOS ELECTORALES...

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  Como ciudadano consciente de las realidades de mi país, caminando sobre los embates de la pobreza y luchando a punta de esfuerzo como todos en esta sociedad colombiana, parado desde la objetividad sin ínfulas de moralismo salvaje para pontificar desde una orilla y desde otra creerme con autoridad para satanizar por conveniencia electoral, hago un ejercicio reflexivo para argumentativamente mi voto (En Blanco) el próximo comicios electoral, y lo empiezo hacer desde el criterio de que debe cesar la horrible noche, si, esa que los partidos políticos vigentes le han causado al país, daño y destrucción. Por eso tanto el Petrismo como el Uribismo (en decadencia) y los partidos tradicionales deben morir en el hoy de su ejercicio del quehacer política ; se necesita un nuevo amanecer en la política colombiana, para eso se necesita reconstruir, desde lo que hay, un deterioro de la política por más de cinco décadas, por lo que desde las bases se debe empezar a reconstruir. Por ende, pienso que

LA INCERTIDUMBRE DE LO QUE PUEDA PASAR.

Yo que siempre me guio por el ejercicio del análisis, del discernimiento y de la comprensión de la realidad en que vivo me siento entre dos tendencias reales de reflexión que plantean el cómo sería mi mañana como ciudadano colombiano: PRIMERA TENDENCIA DE REFLEXION. I. ¿El cómo pintaría un nuevo gobierno frente a las tendencias actuales y las verdaderas necesidades de los colombianos? Tres esferas posibles a mi parecer: Un continuismo político extremista que seguiría radicalizándose en el aparato Estatal y alejándose más de las realidades de los ciudadanos. Un abrupto giro extremista que, perversamente lleva consigo sentimientos y discursos basados en un mal manejado resentimiento socia, el cual, tomándose el poder para gobernar no se sabe hacia dónde va, siendo así peor que el continuismo. Un radical proceso de trasformación seriamente progresivo que avanzaría hacia una trasformación purificada de las estructuras del Estado, colocando en el quehacer de un gobierno los instrumentos par

COMO IGLESIA ¡AÚN SOMOS CREIBLE EN COLOMBIA!

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A pesar de que en Colombia los pensamientos progresistas y de izquierda buscan la laicidad como un derrotero renovador en el pensamiento colectivo en nuestro país para plantear políticas que pases por encima del derecho a la vida y del respeto a la dignidad humana, la favorabilidad de la Iglesia Católica colombiana como una institución de Fe cristiana que promueve una Moral (no de reglas) y una Ética (sustentada en el evangelio cristiano) en la praxis ante la sociedad, sigue siendo importante para los colombianos. Si bien, la Iglesia es ese espacio donde el colombiano del lo urbano y de lo rural puede apoyarse para tener esperanzas en el constate luchar por las serias y profundas trasformaciones oportunas y urgentes de este país, para salir de la encrucijada en que las fuerzas políticas y de Estado han llevado a la metamorfosis del conflicto y de la evaporización del construir la paz entre todos y para todos.  De aquí ligera y alocadamente se me ocurre comprender la necesidad de seguir

UN RENOVADO PENSAMIENTO ECLESIOLOGICO COLOMBIANO. Un argumento importante por analizar.

Los argumentos teológicos del concepto de “Pueblo de Dios” muestran una explicación que desde un sentido eclesiológico coloca como sujeto de reflexión al ser humano; por consiguiente, en los documentos como el Catecismo de la Iglesia Católica (en su primera parte: “la profesión de fe”), el pensamiento del Vaticano II desde la Constitución dogmática sobre la Iglesia Lumen Gentium (en su segundo capítulo) y el pensamiento magisterial del continente latinoamericano como Puebla (N.º 220–303), Medellín y Santo Domingo, entre otros, ven en el argumento “Iglesia como Pueblo de Dios” aquello que permite ver la relación con las realidades históricas y evidenciar la presencia del Reinado de Dios y la Praxis del Evangelio cristiano que siempre buscan su desarrollo integral de manera individual y colectiva. Pero el modernismo y el neocapitalismo redujeron a la “Iglesia pensante” en un simple sistema de prácticas religiosas y culturales que tenían que someter a la gente a una frágil conciencia sobr

FELIZ AÑO 2022

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MARÍA SANTÍSIMA MODELO DE MUJER REVOLUCIONARIA PARA LA TRANSFORMACIÓN ESTRUCTURAL DE LA HISTORIA.

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