Para construir, asumir, afrontar
y dar la vida es necesario tener dos cimientos muy fundamentales en nuestra
existencia, los cuales, serán soportes para la realización humana: la Razón y
la Fe.
La primera permite construir
juicios que argumentativamente han de dar respuestas concretas a cada realidad
de la vida, por eso, la acción de cuestionar, discernir, comprender y edificar
razones dentro de la existencia, serán prioritarias para redactar la historia;
por otra parte, para que todo se forje dentro de los parámetros de lo
existente, se necesita el impulso dentro lo humano, este acto humano que argumentado
desde nuestra racionalidad se busca dar; por ende, la Fe permitirá creer en lo
que se construye y llevar a cabo lo que se considera necesario para las
necesidades de la historia; sin la Fe, las razones quedan sin norte, frías y
sin sensibilidad desde lo interior hacia lo exterior. La Fe alimenta nuestras razones de
esperanza para hacer realidad las cosas en el momento indicado de la historia.
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