En palabras del Papa Francisco las grandes oscuridades de la sociedad tiene cuatro fuerzas en Colombia: la inequidad, la corrupción, la destrucción de la vida humana y el afán de la venganza; no es falso pensar que esto suceda en nuestra patria desde hace mucha décadas y en la que todos nos hemos acostumbrados o tal vez nos hemos desinteresados de nuestras grandes responsabilidades para el cambio. Con urgencia es hora de disipar tan grandes oscuridades a partir de cada una de nuestras responsabilidades particulares, con Fe y Esperanza cristiana estamos llamados aprovechar la gran oportunidad histórica de visionar una Colombia fortalecida desde los principios del Evangelio, esos que destina la realización de la Justicia, la Verdad y la Paz.

Es hora de entender que aunque tú y yo no tenemos la verdad suprema, estamos llamado a reconstruir la conciencia individual y colectiva aportando de cada uno lo más valioso sin hacer daño, sin destruir, sin desanimar, y sin violentar los derechos para vivir con dignidad y sentido.
Por eso no vale ser unos críticos destructivos, buscando siempre lo malo, lo inconforme y lo que no es acorde, es necesario tener fundamentos en nuestras críticas, pero estas deben estar acompañadas por acciones que visibilicen la construcción de la paz que sea capaz de transforma la cultura de la muerte que reina por razones de los demonios de la inequidad, la corrupción, la destrucción de la vida humana y el afán de la venganza.

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