VER LA MUERTE DESDE DOS CAMINOS EXISTENCIALES...
Cuando
el ser humano nace, todos preparamos su llegada y aunque esta sea dolorosa, la felicidad desdibuja tal
sentimiento y nos coloca al frente del maravilloso milagro del nacer a la Vida;
pero para el morir, nadie, nunca nadie se prepara y mucho menos lo asume con
plena conciencia en su corta existencia. Morir para nosotros humanamente es lo
peor que puede pasarnos y todo porque dejamos de existir para siempre, y eso de
por sí ya es un tragedia.
Ante
tal realidad vista humanamente cruel existen a mi parecer dos cosas que en la óptica
de la Fe y la Esperanza en la persona de Jesús, el Hijo de Dios, el Mesías, nos
son posibles para rescatar de tal misterio algo que nos ayude a vivir sin
perder el horizonte, aun ante realidad
de la muerte, el cual, es despiadada, efectiva y necesaria de comprender como
el último acto que humanamente realizamos sobre la faz de la tierra.
- Ser Bueno para Ser Feliz. Aquí radica la razón y el sentido profundo de la existencia humana, en este pedazo de historia estamos llamados asumir su manifestación, imprimiendo en nosotros el hecho de ser protagonistas de su construcción misma como parte de nuestro aporte a la gran historia existente; por tal razón, dentro de esta historia tenemos el enorme compromiso de edificar el sentido que argumente la Felicidad como horizonte y fin de nuestro coexistir. Pero ante todo esto, para poder vivir equilibradamente y alcanzar tal fin, es necesario que aprendamos a Ser Buenos, esto implica de manera lógica el hacer el bien. Esto se entiende cuando cada uno de nosotros buscamos trascender por encima de lo que es efímero y poco productivo y lleva nuestra alma a un estado de paz y armonía con todo lo que nos rodea. Todo lo anterior, sumada como una experiencia existencial permite fundamentar las bases del Ser Feliz. Dicha experiencia, visibiliza todas las acciones y proyectos que atados integralmente a nuestra vida llevan a juzgar lo que realmente somos como personas y mucho más lo que siempre estuvimos dispuestos a dar por los demás.
- Dejar este mundo un poco mejor de lo que lo encontramos. Esta es la meta, la tarea dada desde el comienzo de la vida, se nace no para saquear al mundo, se existe para darle el mejor aporte a la historia, y de lo que hagamos por este mundo y por esta historia serán los frutos dejados y reconocidos, los cuales, son recogidos por los que vienen detrás de nosotros, con el mayor propósito de que sean mejores que nosotros con el pasar de los días y del tiempo. Para concienciar tal criterio y hacerlo practico sin fanatismos, ni protagonismos y mucho menos sin pasar por encima del otro, es primordial concebir en nuestro existir algunos principios fundamentales y trascendentales como: el Respeto propio, por los demás y por lo que nos rodea; la Libertad que garantice la perspectiva de la vida desde lo que somos y desdés lo que tenemos sin que la opresión desligue tal interés humano; la Humildad que siempre nos aterrice y nos haga entender de que somos, de dónde venimos y cuál es nuestro camino; la Responsabilidad a la tarea dada desde la apertura a la vida dentro de la historia; el Amor para evidenciar que todo se concibe desde el alma como razón del corazón que busca el bienestar del otro y por último, la Fe, que permitirá entender que solos es imposible ser instrumento, la ayuda del Creador permite todo, lleva a visionar con trasparencia y bajo un mismo interés y coherencia nuestro Ser y nuestro Hacer.
Es imprescindible que nuestro caminar por este mundo
y por esta historia que no se eterniza con nuestra existencia y se acorta con
la realidad física del morir, nos lleve a entender que cada uno de nosotros está
aquí hoy y en el ahora, mañana no podríamos existir, nada hay seguro de eso,
solo el cerrar nuestros ojos para el mundo y la historia, pero este es solo el
momento para dar lo mejor de sí por el bien de los demás, por el bien del otro,
fuera de esto será añadidura frágil que no suma sino que resta en nuestro mayor
compromiso por la vida, y a la vez desliga del verdadero espíritu que
individualmente ha de impulsar hacia el carácter de un valor colectivo, de un
valor por los otros.
Pero,
¿Cómo lograr esta conexión entre el
lograr Ser Buenos para ser Feliz y el ser consciente de responder a la tarea de
dejar este mundo un poco mejor de lo que lo encontramos por el bien humano
desde nuestra autonomía para lo que nos rodea?
- La Fe y la Esperanza en el Padre Dios Encarnado en la persona de Jesús que presente entre nosotros es el Camino la Verdad y la Vida; hay encontramos la respuesta.
- En la fuerza del Amor y el Compromiso con la vida como tarea de la existencia humana; hay esta la respuesta.
- El saber que un día, nos marcharemos de todo este espacio real llamado mundo y que se escribe no solo en los libros de historia, sino en las memorias de cada uno de esos seres que nos acompañan, ese espacio y ese tiempo que busca transformarse con nuestra intervención y dejar en él un criterio de novedad que estimule hacia el avance de la existencia; hay esta la respuesta.
- En lo que por Fe y Esperanza sabemos que recibiremos de Aquél de quien venimos y que a Él volvemos, ese premio que nos hace inmortales en la memoria históricamente, los cuales, serán recursos válidos para los otros; hay esta la respuesta.
Lo que dejemos de hacer por un bien propio he
individualista estamos llamados a sumarlo al Bien que como acto Común se hace
para los demás; desde tal evidencia, nuestra realización humana toma fuerza y
sentido y mucha más, porque nos eleva hacia la Santidad, esa que se nos es prometida
a pesar de nuestra condición frágil y pecadora que nos lleva a ser todo menos
muchas veces buenos y felices.
La muerte cierra los ojos de un hermano, de muchos
hermanos que son para nosotros ejemplo de vida, lección de vida, disciplina de
vida; ellos terminan ser esos santos que aunque no declarados, se han ganado la
corona que nunca se marchita, porque por sus frutos serán conocidos. Muchos de nosotros
seguimos en este mundo cruel y perverso, no porque el Creador lo haya hecho así,
sino, porque habiendo dejado de amar lo convertimos en tal y oscura realidad,
pero siempre hay algo que nos impulsa a debatir tal criterio y romper con ese yugo
que nos desdobla frente a lo bueno que somos y ante la posibilidad de ser
feliz.
El bien debe llevarnos a ser feliz y cada día consientes, de que debemos
asumir la tarea de dejar este mundo un poco mejor de lo que lo encontramos,
pero es también coherente
saberlo hacer; por tal motivo, construir el bien
requerirá de nosotros una actitud que amerite evidenciar con rectitud lo que somos
y lo qué dimos a los demás; hacer el bien para ser feliz desde un "bajo
perfil" será siempre la mejor manera de responder, que buscar un
protagonismo que muchas veces evidenciaría la gran falsedad de nuestras frágiles
vidas...
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