Frente a la realidad que nos rodea estamos llamados a ser siempre justo con nosotros mismos y con la sociedad; cuando hablo de justicia me refiero a situarnos en el punto medio de las cosas y ejercitar nuestra acción reflexiva para entender que somos responsables de la historia que vivimos pero también de la necesidad de las transformaciones sociales del hoy, las cuales, requieren de una objetiva interpretación desde una praxis fundamentada en principios y valores que determinen la construcción renovada de una sociedad como la nuestra tan golpeada por tantas circunstancias provocada y avaladas por nosotros mismos.
Mientras no miremos con objetividad las cosas y no seamos capaces de desprendamos de las subjetividades que nos hacen egoístas he individualistas, será muy difícil entender que tenemos compromisos con la realidad que nos increpa fuertemente; hoy necesitamos humanizarnos, humanizarnos para humanizar, debemos perdonarnos para perdonar, debemos capacitarnos para dialogar con objetividad y razones, mirar la historia para no olvidar nuestros orígenes, comprender el presente para sentarnos a construir el mañana, pero lo más trascendental es forjar cada vez nuestra Fe y nuestra Esperanza en el Trascendente que siempre ha manifestado su amor como camino de renovación y Redención, descubriendolo no solo en nuestra vida histórica, sino en la historia que nos hace protagonistas.
Todo lo anterior, es porque debemos ser concretos y coherentes en esta lucha que nos está destruyendo munda que todos vivimos, porque lo que más vale no son nuestros caprichos egoístas, sino, el Valor de la Vida Humana consignada en cada imagen que sufre y se sacrifica por hacer de esta nación algo más digno y dignificante, todos somos responsable de transformar la historia pero también de salvaguardar la vida y la dignidad de aquellos que nos rodean, lo demás sera pura basura que nos puede destruir progresivamente como siempre ha estado sucediendo...
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