¿UTOPÍA?
“El que ama padre ó madre más que á mí, no es digno de mí; y el que ama
hijo ó hija más que á mí, no es digno de mí. Y el que no toma su cruz, y
sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que hallare su vida, la perderá;
y el que perdiere su vida por causa de mí, la hallará” (Mt 10, 37 -39).
El discípulo de Jesús, esta
llamado a vivir tres principios que le ayudarán a darse cuenta que es un verdadero
creyente, un verdadero cristiano cada día entre sus hermanos:
1. RUPTURA. Toda
ruptura genera conflicto, pero esta debe llevar a la construcción del Bien que deberá
estar siempre como el primero sobre nuestro individualismo. Implica colocar por
encima de nuestros intereses humanos, “La primacía de Dios, la primacía de su
Amor y de su Misericordiosa en nuestras frágiles vidas humanas”, convirtiéndose
en Fuente, Principio y Fundamento de nuestros amores humanos (amor de familia,
de pareja y hasta el personal).
El
amor humano jamás puede estar por encima del amor de Dios, es el Amor de Dios
que debe estar por encima de todo por eso dirá el Señor Jesús: “El
que ama padre ó madre más que á mí, no es digno de mí; y el que ama hijo ó hija
más que á mí, no es digno de mí” (v. 37).
2. RADICALIDAD. Esto debe entenderse no como un modo de
imposición religiosa que raya en la enfermiza ideológica sobre los demás, o
como una obligación voluntaria, y/o una exclusión individual y social;
la radicalidad en Jesús me lleva a mí a estar siempre en oposición de los
criterios del mundo que siempre están en contradicción de Amor primado de Dios
y esto genera conflicto humanos por eso dirá el Señor: “el que no toma su
cruz, y sigue en pos de mí, no es digno de mí” (v. 38); es una lástima que nosotros estamos tan imbuidos en tal
realidad humana desde nuestros individualismo humanos que empezando por la
familia nos impide colocar por exima de nosotros mismos la supremacía del amor
de Dios.
3. IDENTIDAD.
Toda
identidad exige tres cosas: Fidelidad, Coherencia y Responsabilidad. Tal identidad
debe notarse cuando conocemos, vivimos y defendemos los criterios que nos hacen ser parte de lo que nos identifica, por eso el
cristiano tiene el Evangelio
como la fuente para dar ‘Razón de la
Fe y la Esperanza en Jesús’ (1Pe 3, 15) y
hacerse un Cristo vivió desde su vida frágil y necesitada; decir que se tiene
identidad y no generar frutos de ella, es caer en la sentencia máxima de la hipocresía
humana de la Fe.
En Cristo Jesús, LA RUPTURA + LA RADICALIDAD + LA IDENTIDAD:
nos involucra hacer parte de una nueva comunidad donde la supremacía será, no
el amor individual y egoísta en que vivimos, sino, LA SUPREMACÍA DEL AMOR DE
DIOS QUE IMPLICA CARGAR LA CRUZ. No lograrlo,
es caer en la incoherencia y la hipocresía.
Todo lo contrario hace daño a la construcción social y a la responsabilidad del Bien común.
Comentarios
Publicar un comentario