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MILAGRO, MILAGRO, MILAGRO…

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El rescate de los 4 niños vivos en plena selva del Guaviare, que durante 40 días en una relación humana de sobrevivencia y de búsqueda concluyeron con la acción milagrosa de la vida, es algo que, para cualquier transeúnte en el país tiene interpretación que conmueve el alma de sentimiento humano, familiar y patriótico, llenando de Fe y de Esperanza nuestra historia personal, pero también de colombianos. Sí, la historia que hoy tiene una lección más, producto de unas dinámicas estructuradas, discernidas y construidas dando un resultado que solo sería posible con la transversalidad de un mismo criterio el de la Unidad y del Propósito Común; esa que -en este caso- construyo el Ejercito Nacional, la Guardia Indígena, los organismos Civiles y la misma sociedad colombiana dándonos una cachetada como lección frente a las incongruentes acciones y realidades de una sociedad que sigue viviendo en el atasco de la violencia que hostiga y destruyendo vidas, proyectos y progresos. Ahora bien, más al

En el sexagésimo aniversario de la encíclica Pacem In Terris del papa Juan XXIII, algunas palabras que pueden servir hoy.

La mayoría de los cristianos que acuden concurridamente en los templos parroquiales católicos, (y porque no decirlo también en los evangélicos) desconocen el alcance y la fuerza espiritual y social que tiene el Evangelio Cristiano; para muchos la fe cristiana que está llamada a experimentarse, comprenderse, celebrarse y compartirse, solo esta reducida a un hecho religioso el cual se busca vivirse desde la individualidad intimista, asumiendo la forma de poder respetarse,  cuando esta no intervenga en muchas cosas que tengan que ver con la construcción del mundo de lo social y de la historia misma; este tipo de experiencias se da desde una concepción de fe basada en la religiosidad popular, la teología dogmatizante del pecado y de la salvación individual, en la teología de la prosperidad y la liberaciones de posesiones demoniacas, sumando a las teorías modernistas de las libertades que se centran “el los derechos individuales” como un poder que se otorga y se defiende por las leyes del E

Liderazgos de la mujer rural. Un protagonismo significativo para la construcción de la paz y la reconciliación desde el territorio.

Partimos desde un presupuesto argumentativo de la teología bíblica y de la teología eclesial de lo social donde se entiende que hombre y mujer tienen la misma dignidad y son de igual valor ante Dios, agregaría que también ante las cosas que le rodea, especialmente -los otro(a)s-, además esta ‘misma dignidad’ refleja una dimensión relacional y social de la naturaleza humana, por lo que poseen una relación responsable de ser custodios de la vida y están llamados a disfrutar con gozo de las cosas creadas sin violentarlas, cuidándolas con especial atención y trabajo . Este argumento, nos permitiría entender que las luchas que se han gestado ante una sociedad que ideológicamente ha sido patriarcal en todos los sistemas, requieren de una mayor atención y cuidado, con el fin de asumir la categoría de igualdad junto con el de complementariedad dentro de la relación hombre y mujer, cuya responsabilidad colectiva entra en el mismo orden, siendo así constructores de la vida digna y querida en la

Las conversaciones entre el Gobierno y ELN. Un acuerdo que involucre a la sociedad civil para construir un acuerdo de paz desde la sociedad y los territorios.

Para nadie es un secreto -al menos para los académicos sobre conflicto armado colombiano y otros interesados en el tema- que desde la década de los noventa se empiezan a desarrollar por el Estado colombiano unos acercamientos concretos con el grupo guerrillero del ELN. Aunque para el Eln, las grandes trasformaciones estructurales de la sociedad colombiana deben enfocarse desde dinámicas territoriales, es decir, la importancia de involucrar lo que piensa y necesita los territorios, dichas oportunidades de dialogo no han tenido grandes frutos, debido a la complejidad de sus procesos que generaron fuertes altibajos que de manera histórica han imposibilitado un serio avance al menos desde el desarrollo de la agendas propuestas para su discusión en pro de la paz y el fin total del conflicto armado colombiano. Es así como, ni en el gobierno Samper (1994-1998), ni con el gobierno de Pastrana (1998-2001), ni el gobierno Uribe (1998-2001) se destacaron grandes avances, pero si aprendizajes que

PRONTO NUESTRO LIBRO TENDRA FECHA DE LANZAMIENTO.

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PRONTO NUESTRO LIBRO TENDRA FECHA DE LANZAMIENTO. Aquí algunos datos. Del discurso intransigente al discurso y la praxis promotora y constructora de la paz. Un largo trasegar en la eclesiología colombiana. https://autoreseditores.com/gregorio.jose/   

La corrupción del Estado -como administrador de lo público- es una violación a las necesidades básicas de toda persona para vivir.

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S i bien los Derechos Humanos se pueden considerar como el espacio propicio para que el hombre-mujer en todas sus condiciones encuentre el medio oportuno para salvaguardar y fortalecer sus principios fundamentales en cuanto a lo que se refiere a su dignidad y a su valor esencial, cualquier circunstancia, acto, pensamiento, juicio o acciones que indebidamente afecte la realidad de la persona humana y su desarrollo, se convierte en un atentado contra los principios de los DDHH, en su esencia natural y positiva. En este sentido, existe en nuestro medio social colombiano y regional  grandes problemas que llevan a sostener la tesis de que existe una violación directa y el no cumplimiento a cabalidad de los Derechos Humano ya sea desde lo general (el Estado – la sociedad) a lo particular (el individuo, el ciudadano), por considerar algunas situaciones donde se evidencia dicho riesgo, se muestra en el irrespeto y la des-valoración de la persona como tal cuando no se atienden las necesidades b

Estado y Ciudadanía, una relación para trasformar país. Una obviedad sabida, pero una necesidad por desarrollar más.

Frente al desarrollo económico del país y su extraordinaria riqueza a nivel regional y global, internamente las políticas económicas no se ajustan al desarrollo de la sociedad y de los territorios, generando así el problema de la desigualdad social y de la ampliación de brecha entre pobres y ricos y que está asociada a la excesiva concentración del capital, a las ineficientes políticas redistributivas del ingreso, a la fallida política económica implementada por los gobiernos empapados de corrupción, lo cual afecta de gran manera a la generación de empleo y la efectiva inversión económica hacia los sectores, al igual que el apoyo a las clases menos favorecidas en materia de educación, condiciones básicas y beneficios sociales. Hoy el nuevo gobierno manifiesta trasformar tal realidad, aun no existe nada que encamine a ese propósito. Ahora bien, frente a esta necesidad urgente de tener un país distinto como el nuestro, lograr las grandes trasformaciones estructurales de la vida social y

Desde el dialogo social, surge la esperanza de una transformación social en Colombia.

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Tomado de: https://www.javerianacali.edu.co/intercultural/nuestros-dialogos En los últimos años en Colombia se ha levantado con gran fuerza el clamor de una sociedad que reclama y enfatiza la urgente necesidad de cambios estructurales, donde evidencia seriamente el entramado de corrupción que por décadas salpica las dinámicas de las políticas de Estado nacional y local, que en su mayoría no son garantistas de derechos, cuestión que ha llevado al agobio social de la ciudadanía colombiana, en especial a los más pobres y marginados de los territorios. Este descontento social se da en la clase trabajadora, obrera que siempre ha visto en peligro no solo su estabilidad laboral, sino también, su desarrollo económico para el fortalecimiento integral de sus mismas familias; desde muchos años esto se ha venido anunciando sin tener una respuesta optima por parte de los gobiernos de más de cinco décadas, por lo que, la esperanza de un cambio social solo son posibles cuando de verdad los intereses

Cien días de gobierno ¿Son suficientes para decir que vamos por el camino de un correcto cambio político para el país?

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Construir la ‘Paz total’ en Colombia requerirá de una política económica y social que pueda estar al servicio de las grandes y necesarias trasformaciones colectivas donde viendo los resultados se perciban que los cambios urgentes se están dando, alejándose así de un querer ostentar el poder de una línea política en particular como una forma egolátricamente de hacer creer que son mejores gobernando que otros, a pesar de que muchas veces se sigan teniendo las mismas acciones anti políticas de las que antes se criticaban con vehemencia. Por eso ante el ‘magno acontecimiento’ de los primeros cien días de gobierno con el alma calmada y los egos menos alborotados, uno como ciudadano que quiere lo mejor para su país, siendo consciente de la urgencia de cambios desde los territorios tendría que preguntarse de manera responsable si los cien días de gobierno serían suficientes para comprender los argumentos y las acciones que evidencian resultados para grandes transformaciones políticas, económi