Los seres humanos tenemos la capacidad de destruirnos los unos a los otros, es quizás una tendencia casi que natural, pero por encima de esa realidad existe una razón mucho mayor, y es nuestra llamada a la construcción del Bien; tal llamado exige de nosotros implementar todas nuestras capacidades humanas y espirituales con el fin de llegar hacia las razones del porque y el para que somos responsables de la construcción de un bien integral que garantice no solo nuestra existencia sino el desarrollo humano de los que están a nuestro al rededor.
Con esta claridad de mi compromiso humano ante la vida, seria bueno que nos cuestionáramos ¿Qué tanto alcance tiene mi búsqueda de construir el bien, no solo a nivel particular, sino a nivel común?, y si hoy la existencia se agotara ante la realidad terrena, ¿si habríamos dejado huellas en la construcción de un camino de realización del bien para los demás?
Dejemos a tras las razones que nos llevan a elevar nuestro mal y con el pensamiento y las acciones construyamos el bien, ese que por voluntad de Dios Uno y Trino es la instauración de su Amor, ese amor que salva, sana, libera y transforma.
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