LO QUE DECIMOS TIENE SOLO VALIDES CUANDO SOMOS
CAPACES DE ACTUAR COHERENTE MENTE CON VALIDEZ.
En estos últimos días, percibo en mi conciencia una entera preocupación,
por algo, que a mi parecer carece de lógica humana: ‘el utilizar la palabra
para hacer daño’.
Es verdad que muchas veces los seres humanos fallamos, nuestras fallas
afectan a otros en su realización personales y en sus búsquedas, nadie, se
salva de esa realidad, todos tenemos la misma falencia; pero ante tal
debilidad, hay un Dios Padre nos ha enseñado en Jesucristo la trascendencia de
su Compasión. Decir esto solo tiene validez cuando somos capaces de actuar de manera
coherente y con validez, esto lleva a no destruir, sino a construir no solo desde
la individualidad misma, sino, a quien atenta.
Con el valor trascendente, poderoso y sanador acto del perdón, se tiene la
grandiosa oportunidad no solo de reconstruir nuestras maneras de proceder, sino
de dar una segunda oportunidad a aquellos que por el hecho de ser personas
necesitan una nueva oportunidad; oportunidad que con el tiempo los lleva a
recapacitar frente a sus vidas y decir lo mucho que se equivocaron y lo
dispuestos que están para resarcir sus errores.
Si eso no fuera así, ¿Que significara todo el proyecto de Dios
manifestado públicamente a la humanidad en el evangelio? ¿Qué sentido tiene
pregonar la defensa de la vida, cuando yo mismo en pequeñas dosis le quito su
trascendencia? todo esto solo tiene validez cuando yo soy capaz de actuar
coherente mente con validez.
Es por eso por lo que no podemos caer en el circulo vicioso de nuestros
rencores y odios generados por los errores de otros, esto engrandece el mal, y
el mal es diabólico, y este se apodera no solo de nosotros incapaces de actuar
con Fe, sino que lleva a envenenar a otros y hacer que otros difamen y actúen
impulsados bajo ese mal: el odio y el rencor. Este mal que cometemos es más
fuerte cuando actuamos basados en nuestro dolor de rabia y de odio.
Es verdad todos tenemos derecho a protestar, es un deber, tenemos derecho a quejarnos y poner el grito en el cielo por las injusticias, pero todo esto solo tiene validez cuando yo soy capaz de actuar coherente mente con validez, utilizando los caminos he instituciones canónicas y civiles que están prestas para ayudarnos en eso, no es lógico decir que algo tiene validez cuando yo soy capaz de actuar incoherentemente con validez, por eso, un hombre coherente no es posible entenderlo, cuando este se dejar llevar por la emoción doliente de sus enojos, esta actitud ya que estos producen más rencor, más división y más ruptura entre todos nosotros.
Me preocupa a aquellos que hacen ruido hablando mal de otros, colocando
en ridículo a la palestra pública, como si se tuviera la facultad para hacerlo,
pero más me inquieta ver a aquellos que dicen amar y defender la dignidad
humana, cuando solo en sus palabras están atentando contra gran don sagrado, me
preocupa de aquellos que dicen defender las libertades, cuando son estos los
que esclavizan a los demás oyentes con sus palabras hirientes, perseguidoras,
acusadoras y mucho más que eso, condenadoras.
¿Qué buenos jueces puede ser aquellos que también por sus errores son
señalados pero perdonados y estos carecen de capacidad para hacer lo mismo?,
¿Que se puede esperar? ¿Sera que ellos trasformaran las cosas? ¿Tendrán la
razón de sus reclamos, utilizando la palabra con carga de violencia?
Todo esto sería distinto y con gran validez cuando yo soy capaz de
actuar coherente mente con validez.
Nuestras palabras no tendrán eco, cuando estas entren en razón sabio y
una actuación coherente surgida desde nuestro conciencia y nuestro corazón.
Porque solo se tiene validez cuando yo soy capaz de
actuar coherentemente con validez.
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