Todos los cristianos humanamente estamos llamados a realizarnos como personas felices, esto es un derecho y un deber que nadie ni nada puede agredir, ni obviar; pero que no se nos pase por alto que al interior de esta invocación humana, existe un elemento fundante: ‘El deber Cristiano’. Tal deber ha sido presentado por Jesús a todos los que son llamados a ser sus discípulos para vivir con plenitud la Voluntad de Dios; aquél que lo cumpla es llamado ‘Bienaventurado’ (Mateo 5, 1-12). Por ende, tal ‘deber cristiano’ contenido en las líneas del Evangelio, concretiza la llamada a edificar el Reinado de Dios entre los hombres, un reinado que no invoca la opresión y el despojo humano, sino, la edificación de la Sabiduría, la Justicia, la Santidad y la Redención, caminos que han sido evidenciados por la persona de Jesús hasta su muerte de Cruz. Hoy y mañana siempre será oportuno pensar si cada uno de nosotros somos dignos de llamarnos ‘Bienaventurados’ por cumplir a cabalidad el pla...
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