La visión
apocalíptica de la historia [guerras, terremotos, muerte, corrupción, desenfrenos]
no debe ser la evidencia para acrecentar nuestros temores y afianzar nuestras inseguridades
en supuestas seguridades que solo son acciones egoístas que hacen olvidarnos de
los demás; todo lo que hoy sucede por muy negativo que sea, es respuesta de nuestro
actuar histórico, pero para los que por la Fe y la Esperanza nos levantamos cada
día con la ilusión de un mundo mejor, debe existir la motivación, el vivir incómodos en nuestras creadas comodidades y enfocarnos en la proclamación y realización del
Bien como Supremacía sobre el poder del mal. En la
medida que cada uno se convierta en un instrumento, en luz de la Luz, más le estaremos
restando y arrebatando al mal su fuerza, la cual, esta por todos los medios posibles,
reflejándose ante los ojos de nuestra frágil de desesperada humanidad.
Seamos
disipadores de las tinieblas que están incrustadas en la historia y no vivamos tan
cómodos en ellas, es hora de dar el paso y destruir el mal.
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