¿LA COLOMBIA DE LAS PEQUEÑAS COSAS Y DE LOS GRANDES OLVIDOS?
Pareciera que estuviéramos acostumbrados a que nos trataran a los golpes, a que nos robaran lo poco que tenemos, a que nos nos permitieran generar desarrollo personal y nuestros proyectos comunitarios, pareciera que nos gusta luchar y luchar contra la pobreza y no salir de ella, pareciera que nos hemos acostumbrado que los oligarcas nos manejen a sus antojos.
Esto me hace sentir tan culpable por tanto derroche y poca sensibilidad para con los mas pobres.
Esto me hace sentir tan culpable por tanto derroche y poca sensibilidad para con los mas pobres.
Me cuesta creer que nos hemos acostumbrado a los grandes escándalos de corrupción, Reficar, Salucoop, Isagen, Odebrecht, Carrusel de la contratación en Bogotá, los niños muertos por desnutrición en la Guajira, y los últimos hallazgos de corrupción en departamentos de la costa como Sucre y Córdoba; me da impotencia ver como el gobierno objeto la ley que pedía al Estado pagar todo el trabajo de mas de 20 años que las madres comunitaria en Colombia han realizado por el bien de nuestra infancia, 'disque porque no hay conque', pero la corrupción se ha llevado mas de billones y billones de pesos; me da complejo pensar como aceptamos una reforma tributaria con un 19% de IVA, y un sueldo que no alcanzo a subir lo necesario para cubrir nuestros gastos.
La verdad es que No nos podemos quedar
en la Colombia de las pequeñas cosas y de la amnesia cerebral que nos
desorienta a todos.
En Colombia necesitamos
hacer discusiones muy seria, sin miedo, y de fondo, los cuales, permitan re-direccionar
la construcción integral de una sociedad que genere nuevos ambientes donde la edificación
de la Equidad, la Justicia Social y el Bien Común sean siempre las banderas
trasformadora en nuestras comunidades.
Todos debemos asumir esa tarea, sin condición social, ni religiosa y mucho menos condición sexual, cultural, racial y demás, todos como colombianos se nos hace urgente el compromiso de asumir esta realidad y empezar a crear espacios de debates académico, de discernimiento de la realidad y de construcción mental donde se pueda volver a trabajar por una política que sea servicio de la sociedad y en la exigencias mínimas o máximas hacia unos dirigentes para que sean responsable de cumplir dichas tareas.
Todos debemos asumir esa tarea, sin condición social, ni religiosa y mucho menos condición sexual, cultural, racial y demás, todos como colombianos se nos hace urgente el compromiso de asumir esta realidad y empezar a crear espacios de debates académico, de discernimiento de la realidad y de construcción mental donde se pueda volver a trabajar por una política que sea servicio de la sociedad y en la exigencias mínimas o máximas hacia unos dirigentes para que sean responsable de cumplir dichas tareas.
Pero a veces pienso que
a grandes retos pocos interesados, y a simples cosas grandes masas y mucho más
si estas se politizan con intensiones partidistas.
En un caso muy particular, sin des-meritar su intensión, pienso que las minorías sean cual sean, que han defendido sus derechos y que mal o bien la ley se las ha
otorgado, no pueden, en este momento circunstancial, quedarse solo luchando por
ciertos problemas –como el de las
corridas de toros, que es un problema- (https://www.publimetro.co/co/bogota/2017/01/29/petro-protesta-contra-corridas-toros.html)
(http://www.rcnradio.com/nacional/manifestaciones-antitaurinas-se-realiza-segunda-jornada-corridas-toros-bogota/)
y olvidarse de aquellos que son de mayor
envergadura y que tocan a todos los colombianos en todas sus dimensiones. Es necesario, he importante
generar una actitud de protesta mas fuerte, contundente he integral en contra de la corrupción que ha generado una gran
metástasis integral (http://www.semana.com/nacion/articulo/sectores-mas-afectados-por-la-corrupcion-en-colombia/513544)
afectado a todo el sistema político, económico, cultural y social de nuestra sociedad colombiana.
Ojala no nos quedemos
en la Colombia de las pequeñas cosas y de los grandes olvidos, de los grandes silencio que consumen nuestra impotencia y que nos vuelve acomodados, dependientes, insensibles y casi que inútiles para el cambio.
Esto es un trabajo de
todos.
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