Mientras más se quiera avanzar en el hacer las cosas bien, sin interés, y con el amor al prójimo como deben ser, más la tendencia al mal se evidenciará haciéndonos notar y caer en el fango del pecado individual y colectivo; pero si aun se mantiene el compromiso de mejorar íntegramente y dar lo mejor de sí, siempre habrá un lugar, un camino y una razón para levantarnos, limpiarnos y elevar nuestra mirada hacia adelante con plena convicción y compromiso.
La fidelidad a la convicción del Bien, será la razón para entender que podemos ser más buenos aún entre nuestra forzosa debilidad humana...
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