Cada vez es más fácil palpar que los
seres humanos de este tiempo carecen de algo tan fundamental para existir y no
es dinero, ni lo material, ni siquiera el techo o la comida, en la mayoría de
los casos se abunda de todo eso, pero nada de eso hace pleno a la persona del
siglo XXI. Hoy se carece del Amor
y de la incapacidad de Amar. Lo primero hace frio, incapaz
para el darse afectivamente, perverso, rígido, buscando evidenciar los fracasos
son responsabilidad de los otros y siempre con el deseo de engordar el ego. Por
otro lado, cuando no se sabe amar es incapaz, existe dependencia de y a los otros,
se vive sumido en el miedo, en la discapacidad de apertura y tener que mirar al
otro para actuar según lo conveniente; y esto nos hace estúpidos, como por
ejemplo: el llegar a tener la mayoría de edad y todavía preguntar qué ropa
ponernos.
Deben existir caminos que
permitan construir en el interior de lo humano un Amor que faculte tener tres
cosas:
1. SEGURIDAD.
2. LIBERTAD.
3 DONACIÓN.
Tres características
que elevan al ser humano en su integralidad y le permitirán construirse para
entrar en relación con y si el miedo posible frente al error y/o al fracaso; que
asienta mirar más allá del sentido común y permita conquistar lo que tal vez parezca absurdo, pero
sin olvidar los orígenes, respetando la autonomía y permitiendo siempre un creer
junto con los otros. Eso ayudaría hacer a la humanidad
hoy, menos aburrida, menos egoísta, menos infeliz, menos dependiente, más
libre, más feliz y más tranquila y calmada.
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