JUZGAR, CONDENAR Y NO PERDONAR, INCAPACIDADES HUMANAS, RIESGO EN EL CAMINO DE HUMANIZACIÓN Y EDIFICACIÓN RECÍPROCA.
«Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrá en el halda de vuestros vestidos. Porque con la medida con que midáis se os medirá.» (Lc 6, 36 – 38) En la(s) lucha(s) de finales de siglo pasado y del presente bajo el paragua de un discurso por la emancipación y una exigencia del respeto a las autonomías humanas, sigilosamente se está tratando de establecer una actitud de rechazo social a todo lo que exija un “comprometerse con la edificación de las estructuras sociales” donde se tengan garantías de derechos y responsabilidades hacia deberes para el salvaguardar un desarrollo humano y social de manera integral y equilibrado. Por eso, todas las instituciones (como la Iglesia, el Estado, la Política, la Familia, las Normas y demás) que impliquen el acatamiento del deber por y para beneficio de otros se encuen