¿Estaremos pensando de verdad en la trasformación y construcción del país?
Cuando se mira y se escucha el panorama político
del país desde las distintas orillas (El Gobierno, Los Parlamentarios, los
partidos políticos, los jóvenes políticos, las diferentes esferas de reflexión
política y hasta la ciudadana en general) basados en las distintas reflexiones
y acciones, salta la pegunta ¿Estaremos pensando de verdad en la trasformación
y construcción del país?, con lo que implica tremenda tarea, responsabilidad de
todos. Pero el dilema está, en que desde hace mucho no se han
tendido, o tal vez no se ha configurado integralmente en la sociedad, los
elementos básicos que humanamente, espiritualmente y de carácter ciudadano, (el
cual la juridicidad por la letra no lo da) pueden ayudar estructuralmente un
acercamiento al Dialogo Nacional que permita el Ver, Juzgar y Actuar sobre la
base de la realidad del país que se tiene y sobre el país que se quiere tener y
llevar para el nuevo siglo, la nueva década, las nuevas generaciones.
Se
critica y repudia el pasado, el presente se desestabiliza, e ilusoriamente el
futuro se embarga con saqueos he impunidad, todo, bajo los mismos presupuestos
del odio, el resentimiento, el egoísmo y la egolatría, legitimada con discursos
vacíos de política y acciones de Estado incoherentes y distantes de la realidad,
lo cual, confunden y distorsionan la unidad de país; a esto se le suma una
ignorancia social en la baja urbe y en la Colombia lejos de las capitales, la
cual, es de gran envergadura y que es manipulada y mediatizada por los
poderosos oligarcas, y sectarios de turno, por lo que hace efecto a la
permanencia de la, distracción, la división y la capacidad de hostigar y
destruir a quien piensa distinto y considera un posible camino distinto, donde
también es posible salvaguardarse la Dignidad, la Liberta, la Justicia Social,
el Bien Común, el Perdón y la Reconciliación, la Paz. Por ende, la Colombia
histórica ha sido la que hoy tenemos en el presente, pero con una tendencia
metamorfosica de crueldad violenta, distraída, manipulada, saqueada y
distorsionada; no todo ha cambiado como se quiere, se han dado pasos
significativos y desafiantes, pero siempre está de por medio la sucia política
de destronar, engañar, apoderar y manipular, sin pensar en los pobres, en las
victimas y muchos menos en los muertos que ha dejado el conflicto armado,
social, político y económico, que por muchos años ha nublado la Libertad y el
Orden.
Desde
esta perspectiva, siempre será necesario, formar más y más en Humanismo, en
Historia, en Análisis Crítico, en Política, y porque no en una dimensión
Espiritual donde la Fe, la Esperanza y la Caridad plasmada en el Evangelio
Cristiano, ayuden a entender la necesidad de dejar las viejas mañas que
dividen, y pensar desde una Moral y una Ética el camino de la verdadera Unidad
Nacional, que permita el dialogo para el perdón, la reconciliación, el
transformar el país que de verdad se necesita y se requiere.
La cuestión es que hasta eso se ha venido quitando desde hace tiempo, pero pocos se han dado cuenta, llenándonos de miedo, haciéndonos analfabetas ignorantes de la realidad, y dispuestos a ser manipulables por los mismos que quiere sus propios intereses y no el paso al cambio. Los cristianos deberíamos pensar más sobre eso, y hacer de nuestras oraciones unas acciones que nos permitan ser hombres y mujeres capaces de comprender nuestra urgente responsabilidad colectiva para trasformar y construir país.
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