Mientras la Política y la Religión sean utilizadas como temas para agredir, juzgar y alterar las relaciones humanas con violencia y terrorismo dentro de cualquier estado comunitario, jamás podremos encontrar en ellas el verdadero sentido y significado de su existencia en la conciencia de la misma humanidad, y su servicio para la construcción y trasformación de la historia.
El Sentido y el Significado de lo Humano, su valor y su trascendencia deben estar siempre por encima de cualquier cosa que contradiga, oponga y genere diferencias.
Aún no hemos aprendido sobre esto, por eso no podemos vanagloriarnos de llamarnos que somos buenos actores de lo político y mucho menos que somos buenos cristianos. O si no, miremos y revisemos la historia y examinemos nuestros comportamientos.
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