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Mostrando entradas de septiembre, 2020

¿Estaremos pensando de verdad en la trasformación y construcción del país?

  Cuando se mira y se escucha el panorama político del país desde las distintas orillas (El Gobierno, Los Parlamentarios, los partidos políticos, los jóvenes políticos, las diferentes esferas de reflexión política y hasta la ciudadana en general) basados en las distintas reflexiones y acciones, salta la pegunta ¿Estaremos pensando de verdad en la trasformación y construcción del país?, con lo que implica tremenda tarea, responsabilidad de todos.  Pero el dilema está, en que desde hace mucho no se han tendido, o tal vez no se ha configurado integralmente en la sociedad, los elementos básicos que humanamente, espiritualmente y de carácter ciudadano, (el cual la juridicidad por la letra no lo da) pueden ayudar estructuralmente un acercamiento al Dialogo Nacional que permita el Ver, Juzgar y Actuar sobre la base de la realidad del país que se tiene y sobre el país que se quiere tener y llevar para el nuevo siglo, la nueva década, las nuevas generaciones. Se critica y repudia el pasado, e

EN EL DOLOR HUMANO, SE SIGUE LA UTOPÍA DEL VERDADERO PERDÓN Y LA VERDADERA RECONCILIACIÓN SOCIAL.

El país ha  sufrido el drama de un dolor humano que no debe ser ni olvidado,  ni p olitiza do, ni victimizado, ni mucho menos negado en sus dimensiones integrales y en la repercusiones que socialmente proyecta en los procesos históricos transcurri dos; estos dolores se sigue reflejando en los territorios, en las familias que ven morir a sus seres queridos en manos de perpetradores, en los padres de familia que siguen perdiendo a sus hijos, y sobre todo a una sociedad que se acostumbró   asumirlo como parte de su itinerario, sin la ayuda y el acompañamiento del Estado para levantarse y avanzar, es un dolor que tiene causas, consecuencias y hechos, accionados por los distintos actores que contribuyeron y siguen contribuyendo al conflicto colombiano que cada día hace su fuerte proceso de metamorfosis y va imperando la conciencia y el proceder de la ciudadanía llevando a enfrentarse con más sevicia los unos con los otros.  En el dolor humano, se sigue la utopía d el verdadero  perdón y  la

UNA UTOPÍA QUE DEBE CONSIDERARSE.

Ante las deficiencias políticas de Estado para garantizar los derechos fundamentales , la metamorfosis del conflicto , y la violación sistemática de DDHH por parte de la institucionalidad , y el desastroso panorama de económico dejado por la pandemia, se hace urgente que sea la Sociedad Civil Organizada, la Iglesia Católica, los defensores de DDHH de las regiones y de los territorios, la juventud colombiana organizada, los medios de comunicación social, los grupos que conforman las minorías en el país, la Defensoría del Pueblo, la Procuraduría nacional y las fuerzas políticas del país las que deben proponer mesas de diálogos constructivas y progresivas con el Estado y con la Institucionalidad para generar análisis, disertaciones, construcción y acuerdos para una reestructuración política y económica para mejorar el ritmo del país; esto no puede caer o quedar en manos de caudillistas que politizan, y hacen populismo extremista y mediático (ni el Petrismo, ni el Uribismo, entre o

POLICÍA Y CIUDADANÍA

Cualquier crítica que hoy se realice frente a los hechos ocurridos en Bogotá y parte del país, ante el abuso de la policía nacional de Colombia y el enojo colectivo, lleva a pensar muchas cosas desde diferentes ámbitos, pero ciertamente hay elementos muy esenciales que deben asumirse con determinación corto y mediano plazo para recuperar credibilidad y confianza: (i) Desde la Sociedad Civil y la ciudadanía, debe darse una exigencia respetuosa, una argumentación para el diálogo y un acompañamiento para trabajar con las instituciones en la búsqueda de una transformación en su interior, donde cimentadas sobre un humanismo y cimientos de civilidad, estas estén más al servicio de lo humano y lo constructivo colectivo y no a los intereses de gobierno. (ii) El Estado como el garante de una Sociedad de Derechos y promotor de Deberes, tome seriamente, anulando los intereses políticos de extrema y los elementos oligárquicos, la tarea de liderar procesos a fondo que permitan la transformación