EN LA PANDEMIA NO HAY ANULACIÓN DE LA INTERACCIÓN DE LO HUMANO.

En la pandemia no hay anulación de la interacción de lo humano. Es asi como los momentos oportunos son para entrar en el fortalecimiento de las verdaderas y auténticas Relaciones Humanas son las que se construyen no solo en medio de la distancia, sino, en medio de las crisis.

Hoy por hoy no debe suponer que exista un distanciamiento humano por la lejanía de la misma; aunque existe el concepto del "aislamiento social", este no supone ni asume una forma contundente de aislamiento humano, el cual, rompe de tajo con la dinámica constructiva de la existencia, es decir, aunque se revele el asilamiento caporal (en el cual estamos) las interacciones que humanamente tengamos desde el dialogo verbal y escrito, trasmiten lo que somos y lo que hay de autentico en nosotros; pues que necesita seguir permaneciendo y debe seguir desarrollándose para nuestro proceso integral (humano/espiritual/afectivo/mental), y edificación de lo social que continua generando desarrollo y crecimiento.

Sin la progresiva interacción humana (aun en medio del distanciarnos corporalmente), se coloca en peligro el equilibrio integral (interior) y el progreso colectivo (exterior) de lo humano. Esto supondria la anulación de la existencia, la limitación de nuestras libertades, la muerte de nuestro coexistir.

Nos han aislados corporalmente pero no humanamente, (porque nos consideran un peligro mutuo de sospecha a causa de una "pandemia"), nuestro existir, debe seguir incrementándose para bien de sí mismos y de los otros que interpelan la existencia; por ende, en medio del stop mundial, nuestra presencia debe seguir avanzando como signo de insurgencia socia desde nuestras relaciones humanas que tienen que seguir dandose para crecer y desarrollarnos, alcanzando la realización y el sentido de lo humano, pero ahora sí, con un criterio mayor de autenticidad y credibilidad, ahora con la verdad de la Palabra que se da y que debe permitir un relacionarnos con franqueza, con interés mutuo, con amor sincero y capacidad de trascender hacia el otro, hacia el "bien común" ese que se hace necesario ante el sufrimiento humano que se sigue interpelando.

Por lo tanto, mirando todo desde un punto de vista conciensudo, hoy se desmoronan los muros de la hipocresía, la arrogancia, la falsedad y se revelan la autenticidad de lo que somos para el otro y los demás, ya que nuestro interés revela al otro lo que significa y lo que significamos para el otro se descubre cuando este busca saber de mi existir; esto debe romper con cualquier intento de aislamiento que hoy busca suprimir y limitar nuestra existencia anulado nuestra capacidad y esencia de ser verdaderamente humanos con la suprema y autentica capacidad de trascendencia.