En una realidad llena de oscuridades donde las acciones humanas son el reflejo de nuestro pecado que distancia nuestra existencia del Amor de Dios, el Señor nos pide esforzarnos por ser Luz, esto significa, no tener vergüenza y estar dispuestos a disipar la oscuridad del mal con el testimonio del Bien que se hace evidente en la supremacía del Amor materializado en las acciones de la Justicia, de la Verdad y del valor la dignidad de todo ser humano aun en sus plenas diversidades.

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