Muchas veces deberíamos ser como aquellos árboles frondosos que tienen buenos frutos y que, por ello, sufren tanto al recibir muchas piedras; pero la cuestión está en que muchas veces corremos el peligro de que ni siquiera estimulamos con nuestra existencia una razón para incomodar a alguien para que así nos tire piedras por los frutos que le ofrecemos.





Comentarios

Entradas populares de este blog

En el sexagésimo aniversario de la encíclica Pacem In Terris del papa Juan XXIII, algunas palabras que pueden servir hoy.