EDIPO REY, UNA TRAGEDIA QUE OCULTA UNA VERDAD QUE SERÁ REVELA. Una tarea para una sociedad que tiene sus tragedias ignoradas.




Edipo, rey de Tebas, está preocupado por la crisis que asola la ciudad. El oráculo revela que la situación no variará hasta que se esclarezcan las circunstancias de la muerte del rey anterior y se castigue a los culpables. Edipo emprende personalmente la investigación y declara que los asesinos del rey recibirán un castigo ejemplar. Finalmente la investigación le lleva a descubrir que fue él quien asesinó al rey y que además él era su padre, con lo cual resulta que se ha casado y tenido hijos con su propia madre, que se suicida al conocer la noticia. Edipo cumple su promesa y se saca los ojos y se prepara para abandonar la ciudad guiado por sus hijas[1].
                                                                      
Sin tratar de desmentir la historia, y sin tratar de dogmatizarla ante nuestras costumbres, la sociedad de hoy es la plasmada en la sociedad en la que Edipo Rey tuvo que sortear con entereza y capacidad, él hombre valiente, consecuente con lo que dice y lo que hace, amante de la justicia y de la verdad crea una persona cuyo estilo siempre está en la destrucción de la falsedad y el asumir la responsabilidad de sus acciones como fin para hallar la verdad.  Esto plantea de entrada la pregunta que debe interpelar nuestra realidad personal y social y por eso debe llevarnos a interrogarnos sobre el ¿Cómo cada uno de nosotros visionamos hoy nuestra realidad y de forma la asumimos los retos que va evidenciando nuestra intervención para trasformar? Si bien cada individuo es un responsable de la construcción social, la cual, ha de edificarse para ser estable y duradera, por eso, aunque sea una desfachatez pensar que podemos estar bien, ignorando la realidad, es necesario buscar siempre una respuesta  que permita hallar la verdad para construir herramientas para trasformar, así lo vemos en la obra cuando “Edipo, en su auto determinación de hacer “el bien”, obrando según el deber de un rey para con su pueblo” (Hocevar, 2008).

Si bien la obra, muestra a un Edipo el cual fue un gran rey con defectos y que tuvo que pagar las consecuencias de una maldición causada por sus ancestros y vivir gran parte de su vida desterrado  de su pueblo y con la única compañía de sus hijas que fueron quienes lo cuidaron hasta los últimos días de su vida. Esta obra de Edipo Rey expresa la realidad misma, sobre la religión griega, sobre su desarrollo a través de los siglos y de cómo era su ideología, sus creencias y sobretodo la importancia que tenían para los griegos los dioses. En este marco, las respuestas provenientes a la tragedia misma, son enmarcadas desde este contexto, donde Edipo desde su existencia misma debe dar respuesta a una trágica realidad que le confiere enfrentar.  Estas respuestas han de ser dadas frente a los diferentes sentidos de tragedia que se evidencian en el contexto, los conflictos existentes, la destrucción de la armonía de una comunidad, el cual, ocasiona sufrimiento y hasta la misma muerte

Si bien hoy la realidad Colombiana está llena de Esperanza y de mucha Fe en que todo será diferente,  pero no deja de ser tragedia las muchas cosas que aun vivimos como sociedad, todas provocadas por el hombre mismo, sus acciones han llevado a generar una sociedad que se niega a mirar con tragedia su destino, que tiene miedo de enfrentar las verdades ocultas por la falsedad y que vive siempre angustiada ante la presión que vive y asume calladamente, pareciendo que fuera ese su destino, y todo porque nadie asume la tarea de parar este mal flagelante. En la obra de Edipo Rey, se percibe como el movimiento temporal de la “negación” se relaciona en esta tragedia con el “pasado”, (…) en conexión con el estado de ánimo o “entonación” existencial [Befindlichkeit], con el “modo” anímico (en esta tragedia, la angustia y el miedo) que abre la situación existencial que lleva al ser a su “ahí” (pág. 181).  Cabe decir aquí, una de las grandes tragedias sociales y cuyo origen es humano, es  la corrupción, este que por obstinación de algunos, hacen que nuestra sociedad posea el cáncer que carcome en silencio su interior, toda comunidad, todo territorio, esta termina generando la muerte publica de las regiones haciéndolas miserables y atrasadas creando en la conciencia de los suyos un estilo de vida limitado, dependiente ignorante y poco comprometido con el desarrollo integral de su misma comunidad. La corrupción razón de la pobreza que asciende ante la riqueza, riqueza opulenta que excluye y sistematiza injustamente a todo ciudadano del común. La corrupción el ADN de los conflictos y más de ese que termina aniquilando los sueños y anhelos de muchos que por derecho propio merecen ser ayudados para salir adelante. 

Lo anterior, es una versión trágica de una sociedad descontenta y sumida en la ignorancia y la impotencia existencial, donde el dolor, la angustia, el abandono total, la desdicha humana, el sacrificio, la desgracia y la muerte son casi que apremiantes a la realidad, realidad que en la obra también se evidencian. Esta trágica realidad se enfrenta ante la fría respuesta de una sociedad obstinada a su destino, ser saqueada por los más interesados olvidándose de las necesidades de los más pobres. Esto se hace tan existencial y deprime a la sociedad llevándola siempre a la realidad de conflicto y de división severa; y lo peor aún es que se trata de vivir como su no existiera una verdad que llevara a esta trágica realidad en que vivimos todos socialmente, nos falta sentirnos interpelados y con deseos de buscar el origen de porque tanta maldad humana para con nosotros mismos los humanos. Lo anterior nos lleva a una responsabilidad personal, pues somos parte del desarrollo de la tragedia por no hacer nada para desarticularla desde sus orígenes. La culpa es nuestra más trágica realidad.

Pero aunque la tragedia eminentemente social se muestra entre nosotros de esa manera, siempre existen algunos que como héroes surgen para querer descubrir la verdad, y en la que deben pasar por la adversidad del enemigo oscuro que quiere acallar su buena voluntad. Por eso podría hasta compararse con el Edipo de la obra, que en su deseo de ser “bueno” y ayudar una vez más a la comunidad, de la cual es parte integral, busca entonces la ayuda de los dioses a través de los oráculos y promete actuar de acuerdo con ellos (pág.: 175).

En la obra, se vislumbra una interpelación frente a la plena verdad que sobre sale cuando se conoce su existencia, cuando es cuestionado frente a la realidad pero pareciera que esta sería mejor ocultarla para no dañar la supuesta calma en que se vive. Es así que cuando aparece la duda y la evidencia confirma sus sospechas Edipo es disuadido varias veces de su propósito de continuar en su búsqueda obstinada por la verdad: de dejar las cosas como están y de no develarlas, ya que pudo haber tenido la posibilidad de continuar viviendo felizmente en el ocultamiento. (pág.: 182)
Todos estamos llamados a ser plenamente veedores de la construcción social de nuestras comunidades, aniquilando las tragedias humanas que en ella existen y por eso la búsqueda de la verdad y de la justicia serán fundamentos para hallar el equilibrio y la paz. En la obra, Edipo, en su auto determinación de hacer “el bien”, obrando según el deber de un rey para con su pueblo, se deja guiar en un comienzo por la tradición religiosa, la cual determina su curso de acción. (Pág. 181).

Referencias


Hocevar, D. (2008). ACERCAMIENTO EXISTENCIAL AL ANÁLISIS DE EDIPO REY DE SÓFOCLES. DIkaiosyne. Revista semestral de filosofía práctica, 181. Obtenido de http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/26583/1/articulo10.pdf




[1] https://catalinaluque.files.wordpress.com/2010/11/sc3b3focles.pdf

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